Lo único que sé yo del amor es el recuerdo que tengo intacto de mis abuelos abrazándose con el miedo a que esa fuese la última vez después de tantos años. Lo primero que entendí de ella fue que el valor no tiene nada que ver con el tamaño, una mujer valiente para una época marchita, una rosa en un campo de minas.

Sus recuerdos tiemblan. Sólo reconoce lo vivido cuando se reencuentra en la mirada del hombre que la hizo tan feliz, aún huyendo. Él sonríe porque ella todavía le recuerda, a pesar de que puede que algún día no regrese nunca más. Lo que sigo aprendiendo de él es que cuando se quiere nunca nadie se va demasiado lejos como para ser olvidado.

Tiene un arsenal de sonrisas bajo la manga derecha de su camisa, porque él siempre ha sido más magia que mago. No entiende por nada del mundo las faltas y menos si son de respeto, porque de pequeño el hombre del saco era su abuelo. Me enseñó con tan solo tres añitos a entregar una sonrisa en forma de ramo, y a curar el miedo abriendo los ojos. Entendí que tras curarme las heridas con un beso el mundo era más justo teniéndolo a él de mi lado y también de mi mano.

El recuerdo más antiguo de mi abuela es que quería recorrer el mundo y terminó dando un paseo por el pueblo. Ojalá hubieseis visto como lo decía, la dulzura se apoderaba de su risa. También me contó que ella no tiene ningún secreto y no porque no quiera, sino porque todo se le olvida. Lo que ella no sabe es que yo siempre seré su pequeño secreto, porque un día tiene nieta y otro no. Hasta que recuerda la pequeña cicatriz de mi mano y entonces vuelvo a ser.

Tengo miedo de que la rabia se apodere del pecho de mi abuelo y de que el miedo le atraviese el corazón aún manteniendo los ojos bien abiertos, pero el amor es así de bonito y duro. Yo sé que ella sigue siendo feliz, porque quién no iba a serlo enamorándose una y otra vez del hombre de tus troprecientas vidas. No importa que ella no recuerde el camino de vuelta a casa, porque él siempre estará esperándola.

                    No dejes de volver, porque nosotros no dejaremos que te vayas nunca.