Etiquetas
#amor, ansiedad, autocuidado, blog, catarsis, españa, gracias, libro, poesia, recordatorio, salud
Para cuando leas esto habrá pasado tiempo, no sé cuanto pero lo único que tengo claro es que necesitarás leerlo. Hoy te has propuesto cambiar, como tantas veces, y eso no te hace peor sino todo lo contrario, demuestra tu gran esfuerzo por querer mejorar continuamente. Muchos días te ha costado mirarte al espejo y no ver lo que esperabas o lo que otros te hicieron creer que necesitabas ser. Han sido épocas difíciles, muy oscuras en las que sin imaginarlo te has visto sumergida, pero aquí estás intentando salir a flote. Eso es de valientes, te lo recuerdo yo ahora para cuando tú no puedas, cuando sientas que vuelves a tocar fondo o simplemente te sientas de nuevo a la deriva. Eres increíble, sólo por el hecho de existir ya lo eres. Pero sobre todo por el esfuerzo de querer seguir adelante, de dejar todo lo que duele atrás. Hay días que cuestan más y eso lo sabemos, hemos vivido suficientes situaciones como para saber que ni el sol sale eternamente ni llueve de por vida. Hay días que sientes que te puedes comer el mundo y otros que simplemente te cuesta sobrellevar este caos que alguien decidió llamar vida. Pero sigues e insistes. Ojalá cuando leas esto hayamos aprendido a querernos mejor, de una manera más sana, como queremos al resto. Si te sientes estancada recuerda y echa la vista atrás, te darás cuenta que hasta los detalles más imperceptibles del momento a la larga tienen un gran impacto en nuestra vida. Gracias por todo el esfuerzo, intento recordarnoslo siempre, a quien fuimos, a quien somos y a quien seremos. No te culpes por lo que pudiste hacer y no hiciste, no te lamentes por lo vivido, sigue aprendiendo, sigue adelante. La niña que fuiste te lo agradece, cada vez tiene menos heridas abiertas y más cicatrices, cada vez te recuerda menos los miedos que tiene y más los sueños cumplidos. Respira cuando sientas que no puedes más, tienes derecho a parar y llorar, tienes derecho a sentirte mal, pero no te olvides de levantarte, sacudirte las rodillas y seguir adelante, siempre pa’lante. Querida yo, porque así deberíamos habernos tratado siempre, estoy orgullosa de ti y gracias por nunca rendirte. Te quiero, te quise y nos querré en todas nuestras versiones.